El temenos del santuario es una de las estructuras donde primero se documenta la actividad cultual. Desde al menos el siglo IV y hasta el siglo II a.C sin solución de continuidad, se desarrolla aquí toda la actividad religiosa del santuario, con sus aras de cremación y el pozo para las ofrendas, cercado el recinto por un sólido muro, de 70 cm de espesor. La presencia de cerámicas áticas de barniz negro y excepcionalmente de grandes vasos de figuras rojas confirman claramente las fechas del siglo IV a.C, mientras que las cerámicas campnienses, paredes finas, ánforas italiotas y grecoitálicas, confirman una época de gran auge durante el transito del s. III al II a.C. Sin embargo, el hallazgo en las últimas campañas de excavación de algunas piezas cerámicas muy tempranas, podrían documentar que el lugar ya habría sido frecuentado desde el siglo VI a.C.
Todo el conjunto de esta parte superior del santuario fue estructurado en forma de terraza en la parte inmediata al templo con un largo acceso escalonado al oeste como subida principal y otro al este más leve, que descendería a una segunda terraza, amplia y llana, limitada por un crestón rocoso y rellenando los espacios vacios con un muro de caementicium.
La terraza superior en torno al templo, al sur de este edificio, está integrada por una sólida plataforma de gruesas piedras trabadas con barro, a 120 cm por debajo del pavimento de opus signinum que integraba el piso inferior de la cella del edificio templar. En cambio en el sector norte del templo, la terraza está tan sólo a unos 60 cm por debajo del piso referido, debido a la topografía del terreno que impidió mantener la misma cota que la terraza antes descrita.
Es la terraza sur la mejor documentada arqueológicamente, tiene una longitud de 510 cm, llegando hasta un sólido muro de 75 cm de espesor que delimita toda la explanada de este a oeste. En la parte central de la misma, se documentó una gran fosa de planta rectangular, delimitada por el suelo de piedra de la terraza sur. La fosa ha sido tallada en la propia roca madre, sobre la que reposa la estructura de la terraza, para poder dar mayor profundidad el depósito. Este depósito, que podría haber sido el pozo de ofrendas del templo, fue saqueado en el momento de destrucción del templo y ha sido objeto de numerosas rebuscas, documentándose la última colmatación durante el siglo XIII.
En el temenos, frente a la puerta del templo, se hallaría el altar de sacrificios, en el que poder inmolar a las victimas y proceder a la incineración de las porciones correspondientes a la divinidad. El hallazgo de molduras jonias hechas en calcarenita plantean en algún caso, por su forma, la posible existencia de un gran altar en las gradas de acceso al templo decorado con una moldura horizontal que, a modo de gola decorada, recorría la arista superior que delimitaba la superficie del ara.
En la parte oriental del templo tenemos la posible existencia del adytum o estancia reservada a la diosa. En las últimas campañas se documenta el hundimiento del techo de una caverna kárstica. Esta oquedad rellena de grandes piedras procedentes del derrumbe del techo. En algunos sectores laterales de la excavación se han hallado haces de huesos largos, de bóvidos y ovicrápidos, que podrían asociarse a ritos posteriores al sacrificio ritual en el altar del santuario.
Fuente: http://www.um.es/cepoat/laluz/
Fuente: http://www.um.es/cepoat/laluz/
No hay comentarios:
Publicar un comentario