martes, 13 de enero de 2015

El templo grecolatino de La Luz


El cerro sobre el cual se edificó el templo del Santuario de la Luz debió permanecer limpio, sin construcción alguna hasta época muy tardía (tránsito de los siglos III al II d.C). Es en esta época cuando se plantea la edificación en este lugar de un templo de clara fisonomía grecoitálica. A mediados del siglo II a.C. ya debió haber adquirido su fisonomía definitiva: un templo in antis, de planta rectangular, con su cella y su pronaos con dos grandes columnas de ladrillo.

Poco tiempo después se produce la destrucción del edificio; el edificio fue arrasado hasta sus cimientos. Se ha documentado en las diferentes campañas de excavación efectuadas los restos de la destrucción del zócalo y de la parte superior de la substructura del templo.



El templo y entorno contextual suponen el último capítulo de la dilatada existencia de un importante centro devoción ibérica, claramente vinculado a los influjos religiosos de las corrientes mediterráneas.

La reutilización de materiales constructivos para la edificación del próximo eremitorio y del Convento de la Luz perjudica igualmente la visión del conjunto arqueológico. Se puede deducir la estructura general de este edificio que se debió concebir según las normas precisas aproximadas a los cánones clásicos del momento.

Los asentamientos de obra caementicia de la estructura están directamente colocados en suelo firme y la anchura del fundido cumple sobradamente las normas de solidez con sus generosas dimensiones que dan a la cimentación del póstico un grosor de 140 cm en un paramento de tan sólo 440 cm de longitud total.

La disposición de los accesos y la posición de todo el contexto del santuario ibérico previo y coetáneo a esta obra inducen a pensar que la nave está dispuesta con el pronaos oriental hacia el occidente.



A juzgar por los ladrillos de columna aparecido en diferentes campañas arqueológicas durante la década de la 90 cabe pensar que se trata de un templo in antis, por su estructura, por sus dimensiones y por la presencia de los restos de columnas citadas, que muy probablemente serían únicamente dos situadas ante el pronaos. Los muros, tanto el frontal como los laterales, serían proporcionalmente muy gruesos, con un espesor igual al diámetro de las columnas (unos 44 cm). La altura de los mismos que correspondería con la de las columnas podría ser, a juzgar por las medidas laterales de los ladrillos hallados y aplicando un módulo de 8/9 sería de unos 450 cm de altura.

Poco se conoce sobre el sistema de cubierta del edificio, al haber aparecido esta arrasado hasta sus cimientos. Se documentan, especialmente a lo largo de la ladera del cerro, abundantes tégulas, imbrices y antefijas asociables a los talleres neoáticos italianos.


Fuente: http://www.um.es/cepoat/laluz/

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